Algo que nos produce extrema felicidad a las personas que amamos a los perros es llegar a casa y que estén esperándonos detrás de la puerta con mucho entusiasmo por nuestra llegada. Ellos nos demuestran su amor incondicional poniéndose inquietos cuando volvemos a casa, saltando por todos lados, moviendo la cola y lamiéndonos la cara como si fueran besos.
Aunque estas muestras de cariño nos pongan muy contentos, tenemos que tener en cuenta algo muy importante cuando nuestro perro nos demuestra afecto.
Nosotros creemos que por ser el que les provee comida y somos los que cuidamos de su salud, nuestras mascotas se encuentran en perfecto estado de salud, y no nos damos cuenta de que aun con todo esto «controlado», cuando nos chupan la cara, podrían ocasionarse graves problemas de salud, no solo para nosotros, sino que para ellos también, por lo que no es aconsejable que lo hagan.
Puede que en algunas oportunidades no llegue a representar un daño o peligro importante para nuestro organismo, pero nunca esta de mas estar al tanto de los riesgos que este habito conlleva, particularmente si en el hogar hay un niño, ya que podría afectarlo mucho mas que a nosotros los adultos.
Los perros chupan tu cara para demostrarte todo el cariño que te tienen, la cercanía que sienten contigo y que quieren protegerte. Pero, por mas lindo que sea este gesto, puede presentar algunos riesgos para nuestro organismo.
Seguramente creas que puedes controlar todo lo que tu mascota ingiere, pero también tenemos que tener en cuenta de que ellos comen basura, comida en mal estado o hasta heces, pero lo mas importante de todo esto es que ellos, a diferencia de nosotros, no conocen el cepillo de dientes.
Con tan solo unas lamidas, nuestros animales tienen la capacidad de diseminar una gran cantidad de las bacterias que tienen acumuladas en sus hocicos y que son dañinas para nuestro cuerpo. Por esto, no es sorpresa que puedan transmitirnos enfermedades sin que nos demos cuenta.
En Reino Unido, en el año 2013, se dio a conocer el caso de un niño que fue infectado por tuberculosis, contraída por las lamidas de su perro. Como si fuera poco, existe un patógeno llamado Porphyromonas Gulae que también puede ser transmitido mediante la lamida de tu mascota.
Este patógeno es generador de algunas de las enfermedades que dañan las encías de nuestros perros. En nuestro caso, nos produce gingivitis. Si nuestra mascota se encuentra lastimada y se lame, puede llegar a infectarse, por eso hay que evitar que lo hagan, así evitaremos que contraigan una enfermedad.
Aunque te resulte un poco raro y poco posible, también pueden darnos intoxicación alimentaria, puesto que no podemos estar todo el día controlando que hacen o que se meten en la boca. Su saliva es un caldo de cultivo para bacterias como la Campylobacter o la Salmonella, las cuales pueden llevar a la muerte tanto a perros como a los humanos.
En resumidas cuentas, hay varias maneras en las que podemos demostrarle nuestro cariño interminable a nuestras mascotas, ya sea acariciando sus panzas o dejándolos dormir con nosotros, ellos saben todo lo que los amamos.
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